• Iniciativa, ejecutada por el Laboratorio de Ecología de Paisaje de la Universidad de Concepción, permitió en 4 años levantar información relevante y reducir el avance del Aromo por sectores originalmente con presencia de bosque nativo en el Parque Nacional Nonguén.

Detener la pérdida de biodiversidad, que trae consigo el reemplazo del bosque nativo por especies arbóreas exóticas invasoras, es el objetivo de un proyecto ejecutado por el Laboratorio de Ecología de Paisaje de la Universidad de Concepción (LEP UdeC) y financiado por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo de CONAF.

El Parque Nacional Nonguén (PNN), que presenta alta riqueza de especies nativas amenazadas por el avance de árboles exóticos asilvestrados, como el Aromo (Acacia melanoxylon), fue el lugar elegido para realizar los trabajos bajo el enfoque de Restauración Ecológica. En tres hectáreas, el proceso busca revertir la homogeneización del paisaje, que se caracteriza por la baja diversidad de especies y recuperar directa o indirectamente atributos de un ecosistema degradado o destruido.

En la presentación de los resultados de las labores, que se extendieron por 4 años, el Director del Lep UdeC, Dr. Cristian Echeverría Leal, comentó que el escenario que enfrentaron en el contexto de la restauración ecológica en el Parque Nacional Nonguén es complejo, al tratarse de un área periurbana y con alta presencia de especies exóticas. “Nos enfrentamos a un desafío grande en términos de restauración. Un área cercana a la ciudad, con una matriz dominada por especies exóticas, y un intenso uso de suelo, es un desafío mayúsculo, en comparación con áreas cordilleranas”, sostiene el académico.

Control de especies invasoras

La restauración ecológica en tres hectáreas del PNN, se ejecutó con un enfoque de reconstrucción del ecosistema natural, según los principios internacionales de la Society for Ecological Restoration (SER). Se elimina en primera instancia la especie invasora, se plantan especies nativas pioneras y se controlan los rebrotes de Aromo.

En ese aspecto, se procede a realizar un control con herramientas manuales, para eliminar la cobertura vegetal de las especies invasoras. También existe un control químico, que se utiliza cuando el grado de invasión es muy alto, trabajos aplicados por personal certificado y dirigidos estrictamente al follaje del Aromo, siempre que no exista presencia de especies nativas en el lugar.Así mismo, en el control biológico, se usa el hongo lignocelulósicos, que es un degradador que evita la multiplicación de la especie invasora y facilita el establecimiento de la restauración ecológica.

Aromo, Parque Nacional Nonguén

En el segundo año del proyecto, se establecieron 6 mil plantas de Roble, Coihue, Quillay y Maitén. Para el año siguiente, se replantó mil ejemplares nativos de Roble y Coihue.

Para cumplir con el objetivo de recuperar la biodiversidad, se fue monitoreando y analizando en el tiempo el crecimiento y desarrollo de las plantas nativas, así como la respuesta en otros atributos ecológicos, como la regeneración natural y diversidad composicional en los sitios restaurados. Del mismo modo, un aspecto relevante es el ecosistema de referencia, que el Dr. Echeverría explica como una pauta a seguir para alcanzar los objetivos propuestos. “No vamos a diseñar un ecosistema nuevo, sino que utilizaremos un modelo de referencia local y nativo. Afortunadamente, en Nonguén tenemos dos lugares de muestreo que nos ayudan a definir ese modelo, es decir, una guía que nos muestra cómo era el ecosistema antes de ser degradado”.  

“Cuando queremos recuperar un ecosistema, abordamos los tres grandes atributos que son: estructura, composición y funciones”. Los tres atributos no se recuperan al mismo tiempo, la naturaleza no funciona así, sostiene el Dr. Echeverría, señalando que lo que se realizó en 10 años de trabajo en el PNN, es ayudar para que los procesos naturales comiencen de nuevo a funcionar. “Hemos observado que luego de plantar Robles, estos han comenzado a semillar. Eso habla de regeneración natural y del reinicio de los procesos propios de un ecosistema que había desaparecido”, indica el académico.