Estudios realizados en distintas zonas de la Cordillera de la Costa, evidencian que no existe una red continua, ni corredores apropiados que permitan la movilidad de esta especie endémica de Chile.
Caminos, ciudades y zonas agrícolas, entre otras, no permiten actualmente que el Pudú se desplace en forma continua desde el Maule al Río Biobío por la Cordillera de la Costa.
Esas son parte de las conclusiones de dos trabajos de titulación realizados por alumnos del Laboratorio de Ecología de Paisaje de la Universidad de Concepción (LEP UdeC). Territorios fragmentados, que antiguamente constituían el hábitat del Pudú asociado a la presencia de bosque nativo, y una matriz de uso del suelo intensivo, ofrecen mucha resistencia al desplazamiento de estas y otras especies endémicas del país.
“En el caso del Pudú, los resultados de las investigaciones muestran que entre el río Maule y el Biobío, por la costa, la conectividad de la especie es extremadamente crítica. No existe una red única y continua, sino que está fragmentada en varios componentes y en varias microredes. Es decir, la especie no podría desplazarse en forma continua desde el rio Maule hasta el Biobío por la Cordillera de la Costa”, explica el Doctor Cristian Echeverría Leal, director del LEP UdeC.
Desde el Maule al Parque Nacional Nonguén
Javier Pinto Morales, Ingeniero en Conservación de Recursos Naturales, comenta que su investigación la realizó sobre la priorización espacial de sitios para protección y restauración ecológica, mediante un modelamiento de la conectividad espacial del Pudú. “Elegí esta especie, porque está amenazada y tiene un requerimiento de hábitat muy específico, que es el sotobosque denso. Además, mi área de estudio fue en la Cordillera de la Costa entre el río Maule y río Biobío, y corresponde al límite noroeste de la distribución del Pudú, y debido a la pérdida de hábitat, es una de las porciones donde podría encontrarse más amenazado. Es por esto que es una superficie crítica para su priorización”, sostiene.
Agrega que en su trabajo, levantó información sobre la resistencia que ejerce el paisaje sobre el movimiento del Pudú, con el fin de ajustar un modelo de conectividad de la especie. “El principal resultado, es que la red de conectividad del Pudú es discontinua, se encuentra separada en 14 componentes. Se identificaron ocho parches de hábitat de urgente necesidad para proteger y mantener la conectividad de la especie, concentrados en las comunas de Cauquenes, Cobquecura y Pelluhue».
Actualmente, solo uno se encuentra protegido en el SNASPE (Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas). Se detectaron 19 sitios necesarios para restaurar y así fortalecer las rutas del Pudú, también concentrados en las mismas comunas. Es importante trabajar en llevar esta información a los tomadores de decisiones de iniciativas de conservación, para proteger y restaurar los sitios, que contribuyan no solo en la conservación de ecosistemas, sino que también permitan el libre movimiento de especies a lo largo de paisajes altamente alterados, diseñando así entornos ecológicamente funcionales y sustentables”.
El Dr. Echeverría, explica que, si se piensa en mitigar los efectos del cambio climático a nivel de especies, habría que crear parches de áreas núcleo y corredores, con el fin de promover la movilidad. Añade que, a escala intercomunal, “se observa que existe un área de concentración de esta red en el Parque Nacional Nonguén, pero básicamente está fragmentada y separada de varios otros fragmentos. La existencia de Nonguén es clave desde el punto de vista de ser una gran área núcleo, pero con el fin de poder promover la movilidad y el desplazamiento de la especie, es necesario que esta gran superficie tenga corredores hacia el norte, hacia el sur y otras direcciones, para que la especie se pueda desplazar y así adaptarse a condiciones climáticas diferentes”.
En el mismo sentido, la Ingeniera en Conservación de Recursos Naturales, Paula Moraga Stefanini, que realizó su proyecto de título en las comunas de Concepción, Chiguayante y Hualqui, indica que esta área fue escogida por estar insertas en un paisaje fragmentado, con pocos remanentes de bosque nativo y que, además, colindan con el Parque Nacional Nonguén.
“Principalmente los resultados encontrados resaltan que hay dos parches de mayor importancia en la conectividad del Pudú en el área de estudio, un parche de cerca de 2000 hectáreas que ocupa más de un 50% de la superficie del parque y un parche de 61 hectáreas en Hualqui, que no posee ningún tipo de protección.
También que hay una desconexión entre los parches de la parte norte, centro y sur del área, desfavoreciendo el movimiento del Pudú entre estos. Es en este tipo de paisajes donde la conservación y restauración de los parches de hábitat remanentes y, además, la implementación de corredores potenciales, podrían mejorar la conectividad en esta zona metropolitana, que actualmente está sometida a varias presiones que perjudican la conectividad de esta especie”, señala.
En el contexto actual de cambio climático, el director del LEP UdeC, señala que es importante que la planificación para la conservación considere el desplazamiento de las especies, ya sea a hábitats que no han estado disponibles por la falta de conectividad, como también crear nuevos hábitats para el desplazamiento de la fauna. “Las conclusiones de las dos investigaciones a escala interregional e intercomunal, nos permite planificar de mejor forma, con el fin de ver cuáles son las áreas que necesitamos para que el Pudú pueda desplazarse bajo estos escenarios de cambio climático. Lo que vemos actualmente es que la especie quedaría interrumpida en sus posibilidades de desplazamiento hacia el sur, porque no hay una red continua”, sostiene.